martes, 29 de octubre de 2013

Patapatas, el mago

Jueves 24 de junio:
    Estaba terminando su cumpleaños y de lo único que se podía quejar era que el mago no había podido ir.

Viernes 25 de junio:
    Cuando su abuelo se levantó de la siesta Enzo le hizo la pregunta que desde hacía semanas le rondaba, ¿Nono, qué es la magia? Don Nino, el nono para la familia, se lo explicó de forma muy práctica. Le mostró sus manos bacías y con un solo movimiento hizo aparecer una moneda detrás de la oreja de Enzo.

Sábado 26 de junio:
    Los sábados el papá de Enzo terminaba su trabajo temprano y pasaba el resto del día en casa. Aprovechando esta oportunidad el niño se acerco a su padre y le hizo la misma pregunta, ¿Pa, qué es la magia?
Haaa, le respondió, para explicarte necesito que me traigas los naipes. Cuando tuvo las cartas en sus manos las mezcló bien mezcladas, le hizo elegir una y cuando Enzo la memorizó la volvió a la baraja, luego mezcló una vez más para sorprendente mente hacerla aparecer en el bolsillo de su camisa.

Domingo 27 de junio:
    Era una mañana típica de domungo, mientras el papá de Enzo prendía el fuego para el asado, él y su hermano menor jugaban en el jardín.
    Estaban en medio de las plantas, que en realidad eran la guarida secreta y el centro de operaciones de todas sus aventuras cuando Enzo hizo el hallazgo. Los dos pequeños con sus panzas pegadas al suelo observaban maravillados como una mariposa rompía lentamente su crisálida y extendía sus alas. No entendían como ese gusano raro que habían encontrado y adoptado de mascota se había transformado y ahora tenía esas alas tan grandes. Apenas "patapatas", como le llamaban, levantó vuelo, Enzo salío corriendo tras él hasta toparse con su papá, lo miró seriamente y le dijo: -Ya entiendí que es la magia papá.
Ocho años y tres días necesitó Enzo para descubrir que en el mundo de los adultos la magia son solo engaños y trucos.

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