viernes, 1 de marzo de 2013

Abatido


Me siento de rodillas y después dejo caer mi cuerpo sin ganas y como al azar. se acomoda como puede, torcido, la cabeza queda de costado con la oreja pegada a la superficie del sillón  Es uno de esos modernos, relleno de bolitas de telgopor y cuando al fin los brazos se quedan quietos empiezan a vivir esas bolitas, se las escucha chocar unas con otras, se mueven y como que explotan. Mi mente viaja, ya no la poseo y las bolitas que estallan se transforman en burbujas desesperadas que suben hasta hasta lo más alto de una copa de champan para suicidarse ante la alegría de quien la toma. Es una fiesta, hay mucha gente sonriendo y una pareja que a la distancia se abraza con los ojos mientras levantan sus copas y brindan por el futuro y sus sueños. De nuevo las burbujas y otra vez las bolitas de telgopor.
El calor de sus manos en mi pecho y fue su beso el que me trajo de vuelta. Ya estoy bien, ya estoy en casa.


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